Uso de documentos legales extranjeros
Para que un documento expedido en Guatemala tenga validez en un país extranjero o para que un documento extranjero tenga validez y pueda ser utilizado en Guatemala se deben tener en cuenta dos requisitos fundamentales: la apostilla y la traducción jurada.
En ese sentido, vale la pena recordar que el 18 de febrero de 2016 fue publicado en el Diario Oficial el Decreto 1-2016 del Congreso de la República de Guatemala que contiene la aprobación del Convenio de la Haya (Países Bajos) de 1961, el cual entró en vigencia un día después de su publicación, es decir, el 19 de febrero de 2016. Este Decreto suprimió, en algunos casos, la exigencia de legalización de los documentos públicos extranjeros, por lo que, en los casos previstos en la ley, ya no es necesaria la exigencia de una legalización consular o diplomática, sino la fijación de la Apostilla expedida por la autoridad competente del Estado del que provenga el documento.
Por lo tanto, en todos aquellos casos en los que la apostilla no sea aplicable, es necesario seguir el procedimiento de legalización consular o diplomática que se utilizaba tradicionalmente (Para consultar qué países se encuentran suscritos a la convención puede visitar: www.hcch.net).
Asimismo, se debe considerar que la Ley del Organismo Judicial establece en sus artículos 11 y 37, respectivamente, que el idioma oficial de la República de Guatemala es el español y que, si los documentos provenientes del extranjero están redactados en idioma extranjero, deberán ser vertidos al español bajo juramento por traductor autorizado en la República de Guatemala, es decir, un traductor jurado.
Por el contrario, si un documento guatemalteco será utilizado en un país cuyo idioma oficial no es el español, el mismo deberá traducirse al idioma que corresponda por un traductor jurado.
Por ello, es importante asesorarse adecuadamente al momento de requerir documentos para uso en el extranjero, ya que la omisión de alguno de estos requisitos puede conllevar gastos adicionales e inversión de tiempo innecesario, aunado a la complejidad del traslado de documentos de un país a otro.